Mirar a Simon Park en acción hizo muy evidente que había pasado una gran cantidad de tiempo mejorando su precisión poniendo blancos cuando estaba practicando.
La regularidad con la que él era capaz de golpear a un determinado lugar de la cancha era increíblemente impresionante de presenciar. Los blancos centran la mente y empiezas a pensar más acerca de cómo hacer que la pelota vaya exactamente donde quiere, en lugar de simplemente estar satisfecho con que la pelota llegue a un área determinada.
La próxima vez que estés en la cancha haciendo un entrenamiento solo o de a dos, practica tratando de poner un blanco y verás la diferencia que hace…